lunes, 16 de septiembre de 2013

    EL ABUELO.

Me invitó un buen amigo
lo tuve que acompañar,
y los dos juntos fuimos
a su abuelo visitar.

Vas a ver me dijo alegre
qué bien que esta ubicado,
y a un geriátrico lujoso
con él nos hemos encontrado.

Me conoció enseguida
y advertí en su mirada,
que comenzó a evocar,
todas las cosas pasadas.

Recordó su viejo barrio
su lucha , sus vigilas,
la casa que construyó
donde hoy vive su familia.

Su memoria prodigiosa
anécdotas al por mayor,
sus consejos, sus ejemplos
nos contaba con fervor.

Yo miraba alrededor
y vi a tantos ancianos,
y me pregunté a cuantos
su familia ha visitado.

En tiempos de mi niñez
el abuelo era venerable,
su figura patriarcal
lo hacia un intocable.


Hoy todo ha cambiado
al Nono no lo precisan,
y sin pensarlo dos veces
sin piedad lo depositan.

Por más que sea lujoso
su hogar no está en ese lugar
él sólo quiere su familia
lo tienen  que acompañar.

Cuando llegó la hora
de tener que retirarnos,
miré su rostro, sus ojos
se sentía abandonado.

Sentí una pena profunda
y pensé, quizás algún día,
si me pasara algo igual
de pena me moriría.

Es hora que reflexionen
él fue la piedra angular,
él nunca pensó que los suyos
lo alejaran de su hogar.

Abuelos, queridos abuelos
se merecen lo mejor,
ténganlos siempre a su lado
y denle todo su amor.

      Abel Oscar Romano
          16-09-2013













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