PERSONAL TRAINER.

Todo cambia con el tiempo.

Y como será la cosa,

que actualmente el Juan Tenorio

es un trainer en musculosa.

Usa equipos coloridos

calzados de calidad,

el compañero soñado

a vencer la soledad.

Y es en forma personal

que con su elástico trato,

cambia sudor y emociones

por balanzas y aparatos.

Se pasea a cada rato

y es parte de su cultura,

resaltar frente al espejo,

su recia musculatura.

Musculatura ficticia

y que con sumo cuidado,

se mezclan las vitaminas

y anabólicos licuados.

Si la genética falla

esteroides al por mayor,

para lucir esos bíceps

sólo falta un inflador.

Y cuando pasen los años

cuando el hígado no aguante,

con todo lo que tomaron

piensen ya en un transplante.

Psicólogo, confidente,

este moderno Don Juan

transformó a su gimnasio

en un cómodo diván.

Y al acercarse al maestro

mujeres de posición,

encontraron en el profe

la verdadera emoción.

Y encima de todo eso

donde ser Narciso es fija

se despacha el vanidoso

con su jugosa tarifa.

Elásticos y facheros

concitan la devoción

de alumnos de todo tipo

y de cualquier condición.

Tus pesas, sogas, gimnasio,

y hasta tus mismos armarios,

son para algunas mujeres

entrar al confesionario.

Que cuentan la vieja historia

que es una desdichada,

y que su viejo marido

la tiene abandonada.

Y el pobre profesor

al escuchar sus lamentos,

se ofrece de consejero

sin dudarlo ni un momento.

Yo sacó la conclusión

que tu trainer personal,

es un juguete bonito

que no te puede faltar.

Pero en mi caso muchachos

y por mi sangre latina,

si mi esposa quiere gimnasia

que la haga en la cocina.

Abel Oscar Romano.

23-04-1998