¿Cómo se llega a ídolo?
Vos lo pudiste lograr,
y por más de 40 años
no dejaste de triunfar.
Y pudieron tararear
esas hermosas canciones,
chicos, jóvenes, adultos.
De las tres generaciones.
De aquel Sandro y los de Fuego
con que te presento Mancera.
Con tus bailes a lo Elvis
fuiste un rockero de primera.
Te uniste a Oscar Anderle
y fue tu éxito tal
¿Quién de América no fue
a aplaudirte a un recital?
Llenaste el legendario Madison,
hasta el Gran Maracaná.
Tus canciones y tus bailes
jamás nadie olvidará.
Fuiste el primero en el Luna
y con salas siempre llenas,
con tu carisma lograste
el gran amor de tus “nenas”.
Bandfield fue tu bastión
donde tu vida privada,
detrás de aquel paredón,
jamás pudo ser violada.
Pero como todo mortal
en algo te equivocaste,
te aliaste a un enemigo
que logró perjudicarte.
Y fue sin ninguna duda
el cigarrillo asesino,
que enveneno tus pulmones
con su maldito tanino.
Y a pesar de todo eso,
a pesar que te ahogabas,
hiciste cien recitales,
a tus fans no abandonabas.
Luchaste hasta el final,
fuiste un valiente gitano,
todo el mundo se alineó
para tenderte una mano.
Ahora partiste de gira,
justo el día tuyo, Roberto.
allá en el cielo, seguro,
disfrutarán tus conciertos.
Y al escucharte en “Penumbras”,
una gran luz surgirá,
que por más que pase el tiempo
a todos alumbrará.
Abel Oscar Romano
04/01/2010